domingo, 5 de diciembre de 2010

BINNER - FORT, EL TIEMPO NO-LIBRE DEL ESPECTACULO

EL Gobernador de Santa Fe Hermes Binner manifestó públicamente que los niños deberían leer un “librito” en lugar de mirar a Ricardo Fort.

“Yo no tengo nada contra Ricardo Fort ni contra su fábrica de chocolates: al contrario, son ricos. Pero tenemos que construir una Argentina con valores, con educación, lo que nos permite ser libres y pensar con libertad”

Los comentarios que he escuchado no han rescatado la mejor idea que podemos extraer de este cruce de opiniones. Se ha discutido si lo que representa Fort, es decir la televisión edulcorada es contraria a la Cultura.

Algunos has planteado una discusión en torno a la idea “Cultura Mayor” y “cultura menor”, pero no es lo que me ha disparado el incidente (ya lo se, deben estar pensando ¿alcanzan Fort y Tinelli siquiera el nivel de cultura menor, si es que se puede hacer tal división?).

También se ha hablado de una supuesta división entre los valores y la educación en oposición al mundo del espectáculo. Aquí hago un alto, así como no estoy seguro de la supuesta división entre Cultura Mayor y cultura menor, tampoco está muy clara la idea “el mundo del espectáculo” ya que normalmente se incluye dentro de espectáculo a la televisión, el cine, el teatro, por ejemplo; allí conviven tanto Show Macht como Canal Encuentro, obras como “Ella en mi cabeza” con “Vedettisima” o “La Historia Oficial” con “Los Bañeros más locos del mundo”. No estoy haciendo un juicio de valor acerca de los pares planteados, sólo son ejemplos acerca de lo amplia que es la noción general de “espectáculo”

Binner parece plantear una opción entre valores versus espectáculo, claro que creo que debería entenderse que lo que pretende el Gobernador no es oponer educación y espectáculo sino valores versus disvalores encarnados en ciertos espectáculos, considerados vacíos y frívolos y por tanto negativos. Binner reconoce los “chocolates de Fort” lo cual no refiere a si los mismos son sabrosos, sino que rescata la faceta laboral de Fort, dónde sí encontraría un valor, y no en sus producciones del espectáculo.

La discusión parece interesante, pero hay algo más dando vuelta sobre lo que no se ha dicho nada, y es que el espectáculo, la lectura, el deporte, en realidad nos remiten a un momento particular del hombre que es el tiempo libre. Y qué es el tiempo “libre” sino el tiempo “no laboral”. Podría decirse que en las sociedades capitalistas el tiempo de una persona se divide entre su “tiempo laboral” y su “tiempo libre” como el tiempo en el cual el hombre no está trabajando.

Ya la idea nos remite a un viejo concepto (socialista, o marxista, quizás también anarquista), si el tiempo en que no se trabaja es el tiempo libre, el tiempo en el que se trabaja es tiempo no-libre, es el tiempo de la alienación, el tiempo de las condiciones de indignidad.

Ahora cuando podemos pensar, reflexionar acerca de nuestras condiciones no-libres si no es durante el “tiempo libre”, y si banalizamos, desperdiciamos, tiramos nuestro tiempo libre en el espectáculo vacío y frívolo, ¿cuándo vamos a reflexionar acerca de nuestra condición humana? ¿Es que también se ha colonizado nuestro tiempo libre? ¿Es que la alienación ha superado el tiempo laboral para atrapar al tiempo libre y no dejar que la “condición de indignidad” sea seguida de la “conciencia de la indignidad”

Horkheimer y Adorno indican -ver “Dialéctica de la Ilustración”- que la industria cultural ha sido colonizada por las fuerzas hegemónicas para mantener el dominio. Veamos unos párrafos de “Dialéctica de la Ilustración”

“No en vano se originó el sistema de la industria cultural en los países industrializados más liberales, lo mismo que ha sido en ellos donde han triunfado todos sus medios característicos, el cine, la radio, el jazz y las revistas ilustradas. Su desarrollo, es verdad, ha brotado de las leyes generales del capital”

“La diversión es la prolongación del trabajo bajo el capitalismo tardío. Es buscada por quien quiere sustraerse al proceso de trabajo mecanizado para poder estar de nuevo a su altura, en condiciones de afrontarlo. Pero, al mismo tiempo, la mecanización ha adquirido tal poder sobre el hombre que disfruta del tiempo libre y sobre su felicidad, determina tan íntegramente la fabricación de los productos para la diversión, que ese sujeto ya no puede experimentar otra cosa que las copias o reproducciones del mismo proceso de trabajo”

“Si los dibujos animados tienen otro efecto, además del de acostumbrar los sentidos al nuevo ritmo de trabajo y de la vida, es el de martillear en todos los cerebros la vieja sabiduría de que el continuo maltrato, el quebrantamiento de toda resistencia individual, es la condición de vida en esta sociedad. El Pato Donald en los dibujos animados, como los desdichados en la realidad, reciben sus golpes para que los espectadores aprendan a habituarse a los suyos”

Adorno y Horkheimer presentan un análisis típico de la escuela de Frankfurt. Se ha respondido que dicho análisis ha determinado la valoración de una cultura de élite que implicó la desvalorización de una cultura popular (cultura mayor y menor). No es lugar para analizar la validez de la tesis de Adorno y Horkheimer y de la crítica a ésta tesis, pero digamos que sin dudas que estas observaciones han puesto la mirada sobre la industria cultural como herramienta extensible de la dominación.

Aquí me gustaría presentar a GUY DEBORD. Todo lo que estoy diciendo es sólo para poder hablar de Guy Debord.

Debord hizo de su vida un enorme y productivo tiempo libre, tiempo de libertad. El amor por las mujeres, por la bebida y por romper los moldes sociales fueron su horizonte permanente y más que su horizonte, su presente permanente. Y su libro “La sociedad del Espectáculo” es considerado “El Capital de la nueva generación”

Marx había visto la alienación de los asalariados durante su tiempo laboral, Debord sobre el otro tiempo, el tiempo del ocio

“A ésta alienación a priori, Debord contrapondrá la alienación a posteriori de la pasividad y falta de libertad de las horas de ocio. El concepto de espectáculo es en cierto modo equivalente al concepto de alienación, el efecto es el mismo, alejar al hobre de la verdadera vida. Lo que ha logrado el espectáculo es concentrar dentro de sí todas las alienaciones del mundo”. (Josep Muñoz Redón, “Goodbye Platón, filosofía a martillazos”).

Explica Muñoz Redón que el tiempo que debería ser para nosotros ahora debe utilizarse para reponerse y poder seguir trabajando. Primero se le expropió el tiempo utilizado para la producción y ahora también se le expropió el tiempo de ocio, mal llamado tiempo libre. Sigue:

“El capitalismo desde su origen se ha ido superando y mejorando: éste momento es el verdaderamente capitalista, el más sutil y más dominador. Debord lo dice así: en su sector más avanzado el capitalismo concentrado se orienta hacia la venta de bloques de tiempo “totalmente equipados” cada uno de los cuales constituye una sola mercancía unificada que ha integrado cierto número de mercancías diversas”.

Podemos decir que los empleados de Fel-Fort le entregan a Ricardo Fort su tiempo productivo y ahora también su tiempo libre.

Pensemos en un shoping, en un solo bloque unifica estacionamiento, supermercado, locales de ventas de ropa, electrodomésticos, muebles, libros, zapatos, cine, espacios para infantes (peloteros) comidas. En un solo bloque – mercancía se unifica muchas mercancías, y además con el plus de que compramos no solo lo que no necesitamos, sino que ni siquiera elegimos que es eso que no necesitamos y que igual vamos a comprar porque viene impuesto por la moda, sino que además “pasamos” las vidrieras como canales de televisión, una especie de “zapping comercial-televisivo-pedestre” donde recorremos los locales comerciales así como la grilla de televisión. Adormecidos. Sin pensar.

En la película “ABOUT A BOY” Hugh Grant dispone de mucho tiempo libre, de tiempo de ocio ya que no trabaja por vivir de los derechos de autor de una canción de navidad que ha escrito su padre. Con tanto tiempo libre, decide “dividirlo” en bloques, bloques que arman un tiempo de ocio perenne y alienado. La imagen preferida del protagonista es tirado en su sillón, rodeado de artículos de lujo que no necesita, viendo televisión, solo. Más aún si trabajo, el consumo de los bloques predispuestos de tiempo de ocio nos dejan ya sin ningún espacio de libertad, de pensamiento, de reflexión, sin ellos, las condiciones de vida seguirán siendo las mismas.

Lo mismo que para las compras vale para el cine, la televisión y todo el espectáculo, que alcanza pues el momento de objetivación absoluta mediante el cual la mercancía alcanza la ocupación total de la vida social. La alienación del espectador a favor del objeto contemplado es total, cuanto mas mira, menos ve, y menos se-ve, es decir, menos re-flxiona.

¿Pero que hacemos entonces con nuestro tiempo de ocio?

Pues transformémoslo en verdadero “tiempo libre”

Veamos, pensemos qué hacemos, adonde vamos, que pantallas pasan delante de nuestro ojos, que nos dicen, usemos nuestro tiempo como momento de encuentro con nosotros mismos y otros, quiere decir que nohay que ir al shoping, no ir al cine, no comprar el diario, no ir al teatro, no ver tele, NO, quiere decir que decidamos que vamos a hacer, que elijamos nuestro ocio con libertad, no sobre bloques de tiempo y consumo predispuestos, y si vamos al shoping, al cine, al café, sea un lugar de encuentro con otros, que comprar y consumir no sea lo único que hacemos, que escuchemos lo que nos dicen sabiendo que podemos decir NO, sabiendo que siempre hay otra cosa para hacer, ver, escuchar. Rompamos bloques, rompamos moldes, la vida social envasada, te envuelve, uno puede divertirse y a la vez ser dueño de su tiempo. Si querés mirar a Ricardo Fort, miralo, pero no dejes de pensar que el tipo es dueño de una empresa gigante, que toma el tiempo laboral de un montón de gente, y toma también su tiempo libre.

¿Que vas a hacer con tu tiempo libre?

1 comentario:

Eduardo Agulló Berenguer dijo...

Emilio --tal vez la misma división de "tiempo libre" y "tiempo de trabajo" es falsa, después de todo. Pues, de acuerdo a cómo se lo tome, el trabajo diario puede ser un factor de aprendizaje y tener mucho margen para el disfrute y al mismo tiempo el tiempo libre puede ser empleado en trabajar en tantos ámbitos de la propia vida. Como dice un amigo, "yo descanso trabajando y trabajo descansando". Por otro lado, no necesariamente está "despierto" el que se "sustrae" de los medios que típicamente se asocian a la dormidera que atinadamente mencíonas - hay muchas variantes de la acción de "dormir". Alguien que con relativo predicamenteo (me refiero a Hockheimer)sugiere que el jazz o gran parte de la creación artística ligada al cine o la literatura del siglo XX es un "producto" de la fase actual del capitalismo, para darle energía al "obrero" que luego vuelve al trabajo para reeditar la "plusvalía" de su "patrón", ha leído mucho a Marx pero está omitiendo ver todo lo que el espíritu humano, en libertad, es capaz de concebir. Un abrazo, Patricio