domingo, 3 de abril de 2016

TRUE DETECTIVE, TENSIÓN CRIMINAL Y FILOSÓFICA

La serie “True Detective” en su temporada 1 no solo es fascinante en su narrativa policial, sino que abunda de fuertes tensiones psicológicas y filosóficas.
Ernst Mayr es un biólogo que se especializó en la evolución darwiniana y genética mendeliana, logrando sintetizar una moderna teoría de la evolución. Ernst Mayr en boca de Rust Cohle?: “Creo que la conciencia humana fue un trágico paso en falso de la evolución. Nos volvimos demasiado conscientes de nosotros mismos, la naturaleza creó un aspecto separado de ella, somos criaturas que no deberíamos existir de acuerdo a la ley natural. Somos cosas que funcionan bajo la ilusión de tener un ser propio, una acumulación de experiencias sensoriales y sentimientos, programada para asegurarnos que somos alguien, cuando en realidad nadie es nadie. Quizás lo más honorable que podríamos hacer como especie es negar esa programación, dejar de reproducirnos, caminar de la mano hacia nuestra propia extinción, una última noche, hermanos y hermanas, excluyéndonos voluntariamente de un contrato injusto”.
Un poco de existencialismo en boca de Rust Cohle: “He visto el final de miles de vidas. Jóvenes, viejos, cada uno tan seguro de su propia realidad, de que su experiencia sensorial constituye algo único e individual, algo con un propósito y un significado. Tan seguros de que son algo más que una marioneta biológica. Bueno, la verdad siempre sale a luz y todos la ven. Una vez que las cuerdas se cortan todos terminan derrumbándose” TRUE DETECTIVE, Temp 1

La vida es una pasión inútil, una chispa entre dos nadas, Sartre en boca de Rust Cohle: “14 horas mirando imágenes de cadáveres y esto es lo que comienzas a ver. Los miras a los ojos, incluso en una foto, y puedes leerlos. ¿Sabes lo que ves? Le dan la bienvenida. No al principio, pero justo ahí, en el último instante. Es indudablemente un alivio. Porque todos ellos tenían miedo y ahora ven, por primera vez, lo fácil que era simplemente dejarse ir. Después ven, en ese último nanosegundo, ven lo que eran. Tú, tú mismo, todo este gran drama, nunca fue más que un burdo engaño de la arrogancia y la estúpida voluntad, y puedes simplemente liberarte de todo eso, finalmente darte cuenta que no tienes que aferrarte tan fuerte. Darte cuenta de que toda tu vida, todo lo que amas, lo que odias, tus memorias, todo tu dolor, era parte de una misma cosa. Era todo un mismo sueño, un sueño que albergaste dentro de una habitación cerrada, un sueño acerca de ser una persona. Y como en muchos sueños, en el final hay un monstruo”. TRUE DETECTIVE, temp. 1
Sin dudas también resuena Emile Cioran, con su mirada cargada de cinismo y el vacío de la existencia que nos acerca a aceptar la muerte.
Nietszche en boca de Rust Cohle: "“Este es un mundo en el que nada nunca se resuelve. Alguien una vez me dijo: ‘el tiempo es un círculo plano’. Todo lo que hemos hecho y todo lo haremos, lo repetiremos una y otra vez. Y ese pequeño niño y esa niña, estarán en esa habitación una y otra vez, una y otra vez, para siempre”. TRUE DETECTIVE, temp1


La serie cuenta con un guión sólido, un gran director, buena banda musical, estupendas actuaciones. Cuando una historia logra crear tanta tensión en el mismo registro de “El silencio de los inocentes”, su resolución siempre es difícil porque el remate que pone arriba de la mesa lo que estuvo oculto nunca es tan atractivo como el ocultamiento del mismo (el terror es más terror cuando no lo vemos); particularmente la he disfrutado, aunque seguro no es del gusto de todos; pero es solo un detalle, la serie es tremenda en todo aspecto y si bien la receta del policía con un naufragio familiar y el policía atormentado son un clásico, la tormenta existencial que envuelve a Cohle es asombrosa por el brillo tremendo de unos monólogos que en comparación Cioran como un pensador optimista. Imperdible.

CICATRICES DE LA HISTORIA, MALVINAS.

Fluye el tiempo, y con él, la memoria. Y si vivimos de cara al futuro es porque también recordamos nuestro pasado. Las arrugas y cicatrices que revelan parte de lo que hoy somos. Cuando el pasado se pierde o se trata de ocultar en las neblinas del tiempo, nos extraviamos. Sin embargo, “todo está clavado en la memoria, espina de la vida y de la historia”.
Cada 2 de abril queremos y debemos recordar a quienes fueron los verdaderos protagonistas de una gesta nacional que se forjó hace 30 años atrás y que produjo un impacto decisivo en nuestra historia. Y sin embargo, ellos, los caídos por Malvinas durante el conflicto y en los años que siguieron, así como  nuestros veteranos de Malvinas, siguen en lucha, por sus vidas y familias, por nuestro país, por nuestra memoria.
Recuerda el veterano Daniel Terzano que cuando regresaron al continente, él y sus compañeros viajaron a Buenos Aires en un avión de la Aerolínea “Austral”. La compañía era estatal y el personal tenía órdenes de no servirles nada durante el vuelo. Pero la tripulación, en un gesto inolvidable, hizo una colecta y con dinero propio compraron algo de comida para todos.
 Aquellos supuestos jefes que los habían enviado meses antes a una guerra absurda con el fin de sostener un modelo político autoritario, y un modelo económico excluyente, ahora los negaban, tratando de ocultar sus miserables maniobras. Así se intento engañar a la memoria de los argentinos, cubrirla con un manto de olvido.
 La misma dictadura que reprimía ilegalmente a su pueblo, lo había mandado a la guerra, y trataba, finalmente, cubrir sus acciones, sabiendo que su tiempo se acababa.
 Malvinas fue una recuperación, si, porque como consecuencia inmediata, los argentinos nos dimos cuenta que debíamos recuperar la democracia. Y así fue. Ese conflicto infame diseñado para sostener un gobierno de facto fue, paradójicamente, el inicio de la libertad, y no pudo manchar a dos de sus pilares fundamentales.
 El primero de ellos permanece inalterable, sólido en justicia y razones. Se trata de los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas. El derecho Internacional, las resoluciones de Naciones Unidas, la historia, la geografía, nos asisten, reconocen que se trata de suelo argentino. Solo la avidez de un colonialismo anacrónico pero vivo, sostiene una posición en contrario. Cada vez que funcionarios de la corona salen argumentar su posición, sus palabras se revelan torcidas y sin sustento, como, por ejemplo, el querer revertir el carácter de imperialista nuestro país, según dichos recientes, o mantener por la prepotencia del poder militar una situación ya condenada, por ejemplo, en Naciones Unidas.
 ¿Quién puede negar la razón que asistía a aquellos que en 1982 se emocionaron con la recuperación de nuestro territorio? Si claramente la dictadura utilizó ese legítimo sentir nacional para sus propios fines, al igual que quienes detentaban el gobierno inglés, utilizaron las armas en beneficio propio. Tampoco debemos inflamar una tensión con el pueblo inglés, ellos también se vieron llevados por las fuerzas ocultas de los mezquinos intereses. Ni Galtieri ni Tatcher buscaban otra cosa que no fueran sus apetencias políticas, mientras miles de personas eran arrastradas a la violencia. Las guerras las ordenan unos pocos para que miles de personas de distintos pueblos las sufran. La cultura del verdadero humanismo nos une, como pudo unir Juan López y John Ward, a José Hernandez y Corad, como Roger Water y León Gieco. Es que dice nuestro León : La cultura es la sonrisa con fuerzas milenarias, ella espera mal herida, prohibida o sepultada a que venga el señor tiempo y le ilumine otra vez el alma. Hoy vemos, leemos algunos llamados de quienes encuentran en el otro solo un enemigo con el que pelear. A ellos les decimos, por favor, no caigan en la trampa que destruir es más fácil que construir. Dejemos que el rencor ceda al intercambio fructífero de los pueblos. La cultura es la razón de vida de toda la humanidad, es a ella a quien debemos abrazar y no dejarnos ganar por los odios y enconos de la guerra, la invención más inhumana y anticultural que podamos imaginar.
 Pero también tenemos que tener claro que una opción por la vida y la cultura no es incompatible con reclamar por nuestros legítimos derechos, con recordar, con hacer historia de verdad, reconociendo que Malvinas no fue un hecho aislado, que está inscripto en un marco de fuerzas coloniales que luchen por subsistir, por transformarse y seguir operando, tratando de generar un proceso de “des-malvinización” que denunciamos. No somos inocentes para no entender que intereses políticos y económicos quieren operar en nuestro país desde su nacimiento mismo, y que Malvinas es el escalón de una construcción que pretende seguir vigente infiltrando en su provecho nuestra sociedad, y que para seguir pasando inadvertida necesita que se olvide la guerra, que no se entiendan las relaciones de poder subyacentes, que se oculte a sus protagonistas. Para esa des-malvinización que pretenden imponernos, nada mejor que alzar la voz, que debatir, que recordar.
 Y ese intento nefasto de des-malvinización nos lleva a pensar el segundo de los pilares que hoy recordamos: se trata nuestros caídos y veteranos de Malvinas, cuyas personas permanecen puras y reclamantes, cada vez más gigantes con el paso del tiempo. Ellos son nuestra historia, ellos son nuestra memoria.
 En un documental extranjero le preguntaban al padre de un soldado caído en Malvinas, frente a su cruz en el cementerio en las Islas, si no pensaba que su hijo había muerto en vano, a lo cual respondió. No. Antes no había argentinos en las islas, ahora está mi hijo y sus compañeros.
 Con privaciones, sin alimentos ni abrigo, pero también sosteniendo patria ante fuerzas inmensas, esperando con sentimientos encontrados en el continente el momento en que serían llevados al teatro de operaciones, rezando, hablando con compañeros, aguantando con orgullo y valentía, plantando cara a todo lo que les enviara la maquinaria militar de una potencia, sufriendo luego en la sociedad la tristeza del olvido y del desamparo, casi como si aun estuvieran en las islas, viendo también morir a sus compañeros, los que antes caían en la trinchera ahora caían en la desolación de los años siguientes;  no se quejan del trago que les tocó, al contrario, a pesar del dolor lo asumen. Es que se trata de héroes, con rostro humano, por supuesto. Con los años han seguido militando para protegerse. Con los años también, empezamos a reconocerles el justo lugar que merecen.
 Y aquí están, solo tenemos que ver. Es nuestro deber acompañarlos  protegerlos con memoria afectiva, cada vez que pensemos Malvinas y nuestra democracia, sabiéndolos hacederos de ellas. Pero también con memoria efectiva traducida en pensiones y hospitales, con ayudas familiares y trabajo. Se lo han ganado, se lo debemos y  por nuestra historia que corresponde.
 Las Malvinas son Argentinas y tenemos razones y derechos genuinos que lo sostienen, y no las hemos de olvidar.
Nuestro caídos y veteranos son nuestra historia, sangre noble de nuestro presente y futuro, y no les hemos de olvidar.

LAS (ESTRUCTURAS Y) REDES SOCIALES NO SALEN A LA CALLE

Los vidrios rotos del Parlamento señalan que la votación por la reforma constitucional no se ha llevado a cabo. Durante varios días fotos de policías y manifestantes en las distintas calles de Uagadudú se publican y se miran con interés, mientras que en 140 caracteres la información se expande resonando sobre el caos. La población se moviliza y gana las calles. Burkina Faso “twittea” su revolución, la que acaba con 27 años de Blaise Compaoré que se exilia en Togo; los días siguientes también serán seguidos por la red.
Se repite con asombro que las redes sociales han provocado la primavera árabe y los movimientos revolucionarios que siguieron en un mundo transformado por internet. Las redes sociales reflejan e informan la realidad o son la realidad? Es Facebook el sujeto revolucionario de Egipto? Es twitter quien ha expulsado del poder al presidente de Burkina Faso?
No hay dudas que en una sociedad controlada por un régimen que desea perpetuarse la información, el derecho de reunión Y la opinión molestan y deben ser intervenidos; para aquellos que desean alzar su voz y producir cambios hay una necesidad de escucharse y coordinar su accionar, los panfletos y proclamas de antes se expanden difusos en el ciberespacio, pero también concentrado en él porque las redes y blogs  invaden toda nuestra cotidianidad, llegan a todos. La imprenta oculta que desde un sótano replicaba los escritos revolucionarios se llama blog, el meeting facebook, la información susurrada twitter. En sus muros, entradas y publicaciones se denuncian condiciones laborales indignas, salarios aplastados, discriminaciones de género, disidencias a políticas públicas, y claro, convocatorias a expresarse, a ganar una plaza, a reclamar frente a los edificios del poder. Los cibernautas proponen y se contestan, dialogan, opinan, y la cuestión se plantea: si en la red se generan ideas, se transforman, se comparten y modifican, se crean y re-crean, es la “red” y lo que en ella sucede un sujeto político?  
En el mayo francés del 68 un graffiti recordaba que “las estructuras no salen a la calle”, la acción requiere un sujeto de carne y hueso que se juegue el cuello en la plaza, que sufra metiéndose en el barro de la historia, para cambiarla. El 25 de enero de 2011 los cairotas llenaron de emblemática Plaza Tahrir, sin estas movilizaciones y expresiones de los ciudadanos, Mubarak no hubiera caído.
Burkina Faso, “la patria de los hombres justos” según la traducción, dijo basta a ese presidente eterno, y llenaron las calles de gente con grande espátulas de cartón que simbolizaban el deseo de despegar a Blaise Compaoré del poder. No cabe duda que el sujeto de éste hecho político fue el ciudadano, sin embargo tampoco debemos caer en el extremo de no reconocer el papel fundamental que las redes sociales jugaron en éste hecho político. Cada deseo de libertad expresado desde un blog en un “muro” comunica a quien lo lee que no está solo, cada foto tomada en la calle revela al otro que ya están allí, invitándolo, conminándolo a sumarse, coordinando inevitablemente una acción espontánea, quizás la más difícil de las jugadas. La consigna finalmente fue bloquear el acceso al Congreso para que no se pudiera votar una nueva reforma constitucional que permitiera una nueva reelección, y se logró.
Lacan explicó que quienes salieron a la calle en París del 68 lo hicieron en razón del cambio en las estructuras, quizás podamos tomar algo de ésta idea y reubicar qué lugar ocupan las redes sociales en los movimientos políticos. Sin dudas son mucho más que un mero instrumento, las redes informan, transmiten y lo hacen desde un lugar nuevo, desde la multitud, descentrando los canales, poniéndolos con una inmediatez extraordinaria en cuanto al tiempo porque se generan en el momento mismo de los hechos, pero también desde el lugar de la no intermediación de las empresas audiovisuales lo que asegura un plus de libertad. También es opinión dinámica que se debate y transforma en tiempo real, que fluye y llega a todos, que influye y es influida. Se construye entre todos. Y coordina, encuentra a los interesados, los acerca y los compromete, abre la puerta de las mentes y de la calle, de las plazas, del espacio público. Twitter funciona por sobre todo como una red de información pero las redes sociales como Facebook, más amplias en la interrelación entre usuarios, pueden también transformarse en canal de información, de hecho lo hacen. Los blogs juegan su rol como medio de opinión independiente. Por supuesto que es poder también accede a la red y cuenta con sus propias cuentas y hackers para  intentar neutralizar el ciberespacio. O directamente encarcela y amedrenta a blogueras y blogueros influyentes.
Pero sin cuerpo no hay revolución, sin calle no hay protesta. Las herramientas ayudan sin dudas, la imprenta clandestina es hoy un teléfono móvil que usando el wifi del patio de comidas de un centro comercial proclama y convoca, pero el hecho político lo protagonizan mujeres y hombres que se exponen físicamente frente al poder. Lina Ben Mhenni conocida por su blog “A tunisian girl” aclara que las redes sirvieron para convocar y unirse, “pero la revolución empezó en la calle, para nosotros fue una cuestión de dignidad”.
“Al vent, la cara al vent, el cor al vent, les mans al vent, els ulls al vent, al vent del món”. La canción “Al viento” escrita en catalán por Raimon, fue adoptada por una juventud que reclamaba libertad al régimen de Franco. El viento de la calle se siente fresco en la cara, el corazón, las manos, los ojos, en la calle, donde se mejor se lucha por un mundo mejor.


Las redes sociales canalizan inquietudes, comparten protestan, convocan, pero si la actividad ciudadana queda allí, es solo una catarsis colectiva que no fructifica. Si el ciudadano no pone en acción sus derechos, si no se embarra en la participación activa, controlando, solicitando, peticionando, debatiendo, votando, si no pone su cuerpo y tiempo en compromiso, las redes sociales no lo harán por él.